Hotel deliré
- Adolfo Fuenzalida
- 1 ago 2016
- 1 Min. de lectura
Lo siento,señor,usted no es huésped Mientras desconozca el sabor de la sed No es por desmerecerlo a usted Pero... Huésped es el césped que usted tiene a su merced Y Hablando de césped el verde es buen color Aunque no combina tanto con su camisa a cuadros Pero,tranquilo señor descartes No descartare sus teorías esta vez Aunque tampoco lo dejaré quedarse. Usted no es huésped como dije anteriormente En este hotel guardamos silencio Silencios delicados Y usted es demasiado impaciente Le recomiendo como al señor Benjamín Descansar en el césped hasta entender la idea Somos como el olvido de un amante —intransigente— Como la delicadeza de un danzante Y la sutileza del asesino Somos vida y muerte Y nuestra existencia es relativa Por eso,para ser huésped del hotel delire hacen falta un par de gramos de ego Pero usted señor Descartes No entiende la diferencia entre este y la fe Y hasta entonces seguirá sin poder alojarse en este hotel.
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